AUTORA de dos programas radiofónicos insustituibles en RNE, Músicas Posibles y Venga la radio, este último de corte literario y filosófico, Lara López es una escritora casi oculta de una obra mínima y pulida, tres títulos que son misteriosos e intensos: una novela fragmentaria, Oxido (Xordica, 2004), sobre el amor y el dolor, profundamente lírica -acaso porque la caracterizan las elipsis y los silencios-, y dos libros de poemas, más recientes, Insectos (Papeles mínimos, 2017) y este Derivas que aquí nos ocupa.
Estos tres libros tienen en común una vocación por contar historias, una historia o muchas, pero no por narrarlas desde la convencionalidad argumental o una estructura mecánica que vaya encajando piezas y sentidos. No, las historias de Lara López se constituyen en discontinuidad. La suya es una poética del aquí y ahora que se desvía. Su punto de vista es el de la curva, lo que está ocurriendo pero sin verlo en su totalidad; es un sesgo, una posibilidad, una tentativa, una deriva como titula su último libro. Las historias que nos presenta se van dibujando a la vez que se desdibujan, se enfocan sin profundidad de campo. El diseño óptico de su escritura nos ofrece una imagen concentrada en el acontecimiento de la mirada, intensa en su acercamiento pero que no abarca la continuidad sino que se explicita en un ahora aparentemente libre de distorsión Parece que no hay deformación en ese mirar el instante, que el encuadre es concreto, pero toda escritura también es invención; no hay una reproducción limpia por mucho que una historia se detenga y focalice con intención fenomenológica, eliminando todo lo accesorio. El realismo entomológico de López también inventa, envuelve la vida con un velo misterioso y sugerente, indica que hay una historia, pero esta es elíptica, en sombras, como si sólo se pudiera llegar a comprender desde una visión que al mismo tiempo es propia y ajena. Extrañeza que involucra al lector, que lo introduce en el discurrir de la deriva, en unos sentimientos y emociones que no son propios pero que solo tienen sentido en la exterioridad de lo que es y no es del todo, al mismo tiempo certeza e invención, historia y ausencia de la misma, poema y ausencia de poema. Todo está ahí -escribe en uno de los asteriscos de Derivas la deriva que corresponde al poema «Beau soir»- en ese momento en el que el tiempo parece detenerse. Casi nunca se percibe, ¿quién podría? Como en las series de ciencia fi cción, tiempo después, ves claramente las diferentes perspectivas. Hay una con la que deseas quedarte. Casi siempre es la única que te has inventado» (p. 43). Eso es lo que nos pasa como lectores de Derivas, y también de los libros anteriores: que todo está ahí, en lo concreto, pero que, la propia concretización, nos lleva a otro sitio, como la fracaso de lo que fuimos, como el desorden natural de los recuerdos. Lara López puede describir una escena con claridad, incluir algún detalle costumbrista, apelar a la nostalgia de la vida y, sin embargo, donde logra que la poesía aflore es en esa fuga en que inscribe sus historias, propias o ajenas. Pongamos por ejemplo un fragmento del poema «Bolero frágil»: «Suena Ruibal/en spoty y te da por soñar con las glicinias y los alhelies de la Alhambra, / en el breve dormitorio donde se dirime/el mar pequeño antes de dormir./Y ahora, sí, escuchas el batir de las puertas,/ desencajadas, la madera que cruje/y se hace fuerte en este silencio arrecido» (p. 53). Ese silencio arrecido-, tan frío que hace crujir la madera, es a la vez el remedio y el veneno del poema. La intensidad del detalle y su acabamiento. Su eficacia radica en la necesaria desfiguración de todo lo que se ha presentado. La historia es eficaz por lo que no cuenta. Por ese misterio que incita a la deriva. Por el misterio y por la esperanza.
«Esperaba encontrarte al llegar / con los brazos abiertos , /ser tu héroe y tu paz, tu batalla ganada, / tu ruta en el mar. Ser de nuevo tu sueño», así comienza «Minotauro (canción 1)» (p. 63). Pero más adelante, en el mismo poema, escribe: «¿ Dónde los tesoros de este esclavo /sin dueño ? Y parti por volver / pronto a ti, tu sonrisa y mi cielo. / Pero la expedición no pudo sortear / el terror de las noches , ni el hielo . Expedición a la deriva , por lo tanto . Una historia de amor y de dolor . Una historia velada, por supuesto . Un viaje como son todas las historias . Es un poema, fragmentos de un poema, solo un ejemplo, pero podríamos utilizarlo como metáfora de todo el libro tanto en lo argumental como en lo formal . Metáfora aún más pertinente si añadimos que todo el libro está acompañado de un tono griego que le dota de perfil y de paisaje. Lo griego como escuela de atención. Porque, a pesar de la constante deriva , igual que no hay historia sin invención , tampoco la hay sin atención.
Derivas es una selección de textos que presenta una puesta en escena sutilmente narrativa , que requiere la atención del lector , como si se tratara de una conversación necesaria entre quien escribe y quien lee ante ese tránsito siempre en fuga hacia un mundo que no deja de estar aparte. No puede ser de otro modo: ese estar aparte , ese estar en otra parte , es una situación en que vida y poesía disuelven sus barreras . Una situación . Deriva y situación , dos de los conceptos fundamentales del Situacionismo.
Guy Debord escribió que la deriva es una técnica de tránsito fugaz a través de ambientes cambiantes ». Y eso es lo que hace Lara López . La deriva constituye la disolución de las barreras entre la poesía y la vida. Así lo plantearía un situacionista . Así nos lo plantea Lara López : creación de historias , de atmosferas o situations , momentos de la vida vividos concreta y deliberadamente mientras vemos como, al constituirse, se pierden. Mejor dicho: se derivan. Igual que ocurre con la memoria o con el relato de los viajes . Vivir con intensidad una situación que recreamos sabiendo que nunca será lo que fué , pero cuyo relato es necesario . Memoria y viajes que también constituyen parte del contenido de este tercer libro de Lara López que sigue la traza de Óxido e Insectos . Memoria y viajes en discontinuidad , situaciones y silencio , derivas de lo que podría haber sido y de lo que es, capaces de aunar vida y poesía.
-DAVID MAYOR. Lara López, Demas, Zaragoza, Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2019.